Destrucción. René Barjavel. & un temporal excursus.


Destrucción.


Autor: René Barjavel (24/01/1911 - 24/11/1985)
Editorial Emecé. Buenos Aires 1974.
Ravage 1943.


   Destrucción es la historia de un futuro posible de avances tecnológicos. Múltiples cambios y, sin embargo, el hombre sigue siendo el mismo. El amor, la ambición, el poder están presentes en esta novela de Barjavel, que describe un mundo de confort quizás no tan a lejano a algunos en este siglo XXI.

   Hay grandes ciudades, y nuevas modalidades de pan y circo, grandes avances, junto a algunos retrocesos en poder y formas de gobierno...

Primera parte: Los tiempos nuevos. Se conservan algunas situaciones que evidencian la presencia y el trabajo del hombre allí donde la tecnología va dejando a muchos en el pasado y cómo unos pocos hombres prefieren prescindir de ciertos adelantos y disfrutar el tiempo de otra manera. Se presentan estos tiempos nuevos y los protagonistas de un aparente triángulo y no precisamente amoroso, al menos no, en todos sus vértices.
Segunda parte La caída de las ciudades
   Uno intenta ver cómo sigue la historia aparentemente que gira en torno a dos enamorados, Barjavel reproduce la carta que recibe Blanca. El pobre que anhela el amor, el poderoso que quiere arrebatarle hasta esa dicha, pero surgen firmes resoluciones:..."voy a impedir eso...Desde hacia días nadaba entre la duda, la melancolía, corría de una decepción a otra, acusaba al destino. Acababa de encontrar el remedio: pasar a la acción. El destino pide ser forzado".
   Pero esa expectativa experimenta un giro: desde otro rincón del mundo uno de los emperadores del mundo profiere amenazas y pasa a la acción. El mundo cambia. "Con los motores parados como de los autos, los miles de aviones que sobrevolaban París estaban volviendo al suelo por el camino más corto".
  La caída de las ciudades recuerda el pensamiento de Thomas Hobbes (1588-1679) que sostenía que la sociedad surge de un acuerdo artificial, basado en el propio interés que busca la seguridad por temor a los demás. Este filósofo afirma que en el "estado de naturaleza" el hombre vive una guerra de todos contra todos. «El hombre es un lobo para el hombre.» Pero, al mismo tiempo, este mismo hombre, incluso en el estado de naturaleza, sigue siendo un ser racional y tiende a superar el desorden y la inseguridad.
Tercera parte. El camino de las cenizas.
    Las dos últimas partes de la novela son más breves; ésta: "El camino de las cenizas" creo que marca la diferencia entre Barjavel y otros autores, a la vez que nos da la talla de un gran novelista. Los protagonistas de este tramo de la novela sufren un ataque, luego realizan un descubrimiento estremecedor.
Cuarta parte. El Patriarca.
   RB postula el final de su novela, ¿habría sido posible otro final? ¿Podría haberse buscado algo más equilibrado? Personalmente me hubiera gustado quizás un final más abierto a retomar algunas cosas y no tan tajante; pero, el final de Barjavel es el de su novela, no el final de la novela que "nos hubiera gustado" uno comprende de donde se viene y cómo se ha vivido, más aún cómo se ha sobrevivido.
   Quien comienza a leer la colección de Ciencia Ficción de Emecé tiene en Destrucción un muy buen comienzo.

 Nota:
* Una interesante paradoja. A Barjavel le adjudican La paradoja del viaje en el tiempo, o paradoja del abuelo, expresada en su libro Le voyageur imprudent de 1943 (el concepto fue mencionado por Mark Twain en su novela póstuma El Forastero Misterioso, de 1916)
    -Se parte del supuesto que una persona realiza un viaje a través del tiempo y mata al padre biológico de su padre/madre biológico (abuelo del viajero), antes de que éste conozca a la abuela del viajero y puedan concebir. Entonces, el padre/madre del viajero (y por extensión, ese viajero) nunca habrá sido concebido, de tal manera que no habrá podido viajar en el tiempo; al no viajar al pasado, su abuelo entonces no es asesinado, por lo que el hipotético viajero sí es concebido; entonces sí puede viajar al pasado y asesinar a su abuelo, pero no sería concebido, y así indefinidamente. 
   -Frank Tipler, matemático, deshace la aporía y echa por tierra las especulaciones al afirmar "si alguien viaja al pasado se vuelve parte del pasado. Por esto no puede cambiar ni el pasado, ni el futuro.
    -El tema es interesante y le aporta mucho a la ciencia ficción simplemente afirmo:
    Si el tiempo es un linea continua estamos anclados en la paradoja, eso considerando la posibilidad de los viajes en el tiempo.
     Si existen múltiples lineas temporales todo es posible, mi mente se resiste a creer esto, quizás por lo complejo de la posibilidad.
   Por otro lado alguien (¿Einsten, Clarke o el Buen doctor?) rechazaba la idea, ya que: ¿quien se ha topado alguna vez con un turista que venga de Qansonia, Eurabia o Estasia?

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