Autor: Mathias Malzieu (Montpellier 16/Abril/1974)
Editorial Mondadori
La Mécanique du cœur 2007
Si la novela tiene engranajes, vapor, a Jack el destripador y a Georges Méliès ¿Ya podemos hablar de Steampunk?
¡Si catalogan a 1984 como ciencia ficción!... entonces que Malzieu afirme haber escrito Steampunk. C´est fini.
Siglo XIX, Edimburgo. Una joven prostituta da a luz a Jack, nace en la casa de una mujer muy especial: Madeleine. Ella arregla su estropeado corazón encajándole un reloj Cucú en el pecho, con cuerda, llaves y todo lo que imagines. Nadie quiere adoptar a este Ironman a cuerda, por lo que Madeleine hace las veces de madre de Jack.
Arthur es un paciente habitual de la doctora, un viejo oficial de policía que se ha convertido en un pobre mendigo borracho. Lo tiene todo arrugado, desde la gabardina hasta los párpados. Es bastante grande. Y lo sería aún más si anduviera derecho. Normalmente no habla conmigo, y a mí me gusta el modo que tenemos de no hablarnos. Hay algo tranquilizador en su modo de cruzar la cocina cojeando, con una media sonrisa mientras gesticula con la mano.
Jack se convierte en un Cyborg versión Steampunk y tiene sus propias leyes de la robótica:
Primero, no toques las agujas de tu corazón.
Segundo, domina tu cólera.
Tercero No te enamores.
Si no cumples estas normas, la gran aguja del reloj de tu corazón traspasará tu piel, tus huesos se fracturarán y la mecánica del corazón se estropeará de nuevo.
Madeleine es una bruja de lo más rara dada al llanto y a la depresión que colecciona sus lagrimas para hacer licor. "Te pasas el tiempo curando a la gente, pero ahogas tus heridas en el alcohol de tus propias lágrimas. ¿Por qué?"
Jack intenta ser un buen chico pero se enamora de Miss Acacia una cantante andaluza, que juega a ver sin lentes cuando en realidad es miope.
Volver al tiempo en que amaba sin estrategias, cuando me arrojaba de cabeza sin miedo a estrellarme contra mis sueños. ¡Volver! La época en la que no tenía miedo a nada, en la que podía subirme al cohete rosa del amor sin abrocharme al cinturón.
Esta vez no le daré solo la llave, sino el corazón entero, con la esperanza de que le apetezca de nuevo reparar el amor conmigo. (...) Es un momento precioso. ¡Regalarle un paquete con el verdadero corazón de uno a la mujer amada no es poca cosa!
Leí la novela pensando que era un libro para niños, podría haberlo sido; podría haber sido muchos libros. De un libro no me interesa que sea de un genero o que sea de final cerrado o feliz, me da igual. Pero La mecánica del corazón se queda en el camino y entre los caminos que traza el más cierto es el de Geppetto jugándole en contra a Pinocho.
Siempre se produce un momento patético pero agradable en el que pienso que mis sueños pueden hacerse realidad. En ese momento creo en lo imposible.
Siempre se produce un momento patético pero agradable en el que pienso que mis sueños pueden hacerse realidad. En ese momento creo en lo imposible.
En el video que sigue el autor, que es el líder de Dionysos, canta "La Mecánica del Corazón" (título de está canción y del sexto trabajo de la banda)
A Mathias Malzieu le gusta cantar
con micrófonos antiguos y la frente arrugada.
Hay película de animación del año 2014, pronto la veo.
La novela con sus corazones que se arrancan, que se dan, que faltan trajo a mi mente un tango insignia del cancionero argentino: Uno. El tango dice: Uno va arrastrándose entre espinas / y en su afán de dar su amor, / sufre y se destroza hasta entender: / que uno se ha quedao sin corazón... Si yo tuviera el corazón... (¡El corazón que di!...) Si yo tuviera el corazón... (¡El mismo que perdí!...) Si olvidara a la que ayer lo destrozó y... pudiera amarte..me abrazaría a tu ilusión / para llorar tu amor...
De "Uno" algunos han ignorado la 3º parte del tango como Julio Sosa que graba sólo la 1º y 2º parte. Rivero y Goyeneche lo cantan entero, pero cortando frases uno y muy agitado el otro; en fin un tango tan bello como difícil de cantar. Aún no escuché una versión satisfactoria del mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario