Barcelona Enero 1962.
Algo me parece fabuloso: puedo detenerme en ello; no sé que hace el tiempo pero yo me detengo, sueño, disfruto, observo, río. Por el contrario cuando la cosa no da la talla... hay que lanzarse hacia el futuro. Y si de libros se trata la meta es terminarlo cuanto antes. Algo de esto me ha ocurrido con Fuera de este mundo.
La novela une historias publicadas en 1947 en Thrilling Wonder Stories bajo el seudónimo William Fitzgerald. ML apelaba a seudónimos para varios de sus relatos y así como algunas mujeres optan por nombres masculinos para la ciencia ficción, Murray en sus novelas románticas era Miss Louisa.
Un científico empleado del gobierno percibe cambios de radiación atmosférica nocivos y busca el origen de ellos, su investigación lo dirige al encuentro de un mecánico de la montaña autodidacta en física y química. La novela incluye cuatro historias encadenadas: la del encuentro de los dos protagonistas ya mencionados, incluyendo un secuestro, el descubrimiento de cómo hacer fortuna sin esfuerzo y claro no podía faltar salvar el planeta Tierra. Entretiene.
Un punto en contra de Leinster en esta novela es lo estereotipado del protagonista, que pasa casi a segundo plano. Sorprende que para todo reacciona igual... "No, no tengo ganas/¿Pará que hacerlo?/ No me interesa" cansa la musiquita del mecánico, aburre cómo el pobre empleado del gobierno debe convencerle en cada aventura en que se enredan. Siempre ellos dos, solos contra el mundo; y bueno, no todos tienen la imaginación de distraerte con un nuevo maestro de Artes Oscuras en cada historia para que no adviertas la reiteración de un esquema.
La novela une historias publicadas en 1947 en Thrilling Wonder Stories bajo el seudónimo William Fitzgerald. ML apelaba a seudónimos para varios de sus relatos y así como algunas mujeres optan por nombres masculinos para la ciencia ficción, Murray en sus novelas románticas era Miss Louisa.
Un científico empleado del gobierno percibe cambios de radiación atmosférica nocivos y busca el origen de ellos, su investigación lo dirige al encuentro de un mecánico de la montaña autodidacta en física y química. La novela incluye cuatro historias encadenadas: la del encuentro de los dos protagonistas ya mencionados, incluyendo un secuestro, el descubrimiento de cómo hacer fortuna sin esfuerzo y claro no podía faltar salvar el planeta Tierra. Entretiene.
Un punto en contra de Leinster en esta novela es lo estereotipado del protagonista, que pasa casi a segundo plano. Sorprende que para todo reacciona igual... "No, no tengo ganas/¿Pará que hacerlo?/ No me interesa" cansa la musiquita del mecánico, aburre cómo el pobre empleado del gobierno debe convencerle en cada aventura en que se enredan. Siempre ellos dos, solos contra el mundo; y bueno, no todos tienen la imaginación de distraerte con un nuevo maestro de Artes Oscuras en cada historia para que no adviertas la reiteración de un esquema.
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