Autor: Stephen King (Portland, Maine 21/Septiembre/1947)
Editorial: La Nación
Vi la película años atrás y me gustó mucho. Suelo primero leer el libro, y luego la versión cinematográfica. ¿Pero cuantas veces me ha sucedido que al estar sentado en la butaca leo en pantalla "Basado en la novela de..."? Ya ves, a veces la costumbre se invierte obligadamente.
Un hombre se despierta, advierte que ha sufrido un accidente, está en cama. Es una casa, no un hospital. Es escritor y terminó el manuscrito de una novela que dará jerarquía al conjunto de su obra. Está ebrio y derrapa en una tormenta de nieve, quien lo rescata es una enfermera con stock ilimitado de un calmante al cual se ha vuelto adicto, postrado en una cama descubre que su cuidadora está más loca que una cabra.
...el dolor seguía allí... al fin, murmuro:
-¿Dónde estoy?
La mujer se hallaba sentada en su cama con un libro en las manos. El nombre del autor era Paul Sheldon. Lo reconoció sin sorpresa, era su nombre.
-Sidewinder, Colorado -contestó ella-. Me llamo Annie Wilkes y soy...
-Ya lo sé -la interrumpió-. Usted es mi fan número uno.
-Si -le contestó sonriendo-, eso es exactamente.
Paul Sheldon dio en la tecla con unas novelas románticas: "la saga Misery" que le ha dado fortuna y también un perfil de escritor que quiere dejar atrás. Escribe un libro para "matar a Misery", pero su enfermera es fan nº 1 de la protagonista y le enseñará recursos literarios para lograr que su libro sea creíble. ¡una enfermera capaz de montar un taller literario en casa! ¿Por qué decidir entre tener una mascota o un escritor cuando puedes tener ambos?
...intentaba precisamente lo contrario. Matar a la maldita perra de Misery. Yo me dirigía hacia la Costa Oeste para celebrar mi liberación de un estado de prostitución denigrante. Lo que hiciste fue sacarme del coche y volver a meterme en un burdel.
Sheldon teme por su vida. "Gracias al trabajó de investigación que había realizado para escribir Misery, tenía un conocimiento de la neurosis y de la psicosis superior al del lego y sabia que, aunque el psicótico podía sufrir períodos alternativos de depresión y de euforia casi agresiva, el ego inflado e infectado estaba en el fondo de todo, seguro de que cuantos ojos había en el mundo convergían en él, seguro de ser el protagonista de un gran drama cuyo desenlace era esperado, con la respiración contenida, por incontables millones de personas. Un ego semejante prohibía ciertas líneas de pensamiento."
Hacer de Sherezade es cosa de riesgo y, que tu oyente esté al borde de la locura; ni te cuento.
Stephen King lucha por escribir esta novela en medio de la adicción al alcohol. Al igual que Sheldon obligado a escribir sufriendo la adicción a calmantes. King nos dice: La idea de que la creación y las sustancias sicotrópicas vayan de la mano es uno de los grandes mitos de nuestra época, tanto a nivel intelectual como de cultura popular.
En su genial Mientras escribo cuenta que Misery fue resultado de un sueño mientras volaba a Londres a principios de los ochenta. Esas ideas... las apunté en una servilleta de American Airlines, para que no se me olvidase, y me la metí en el bolsillo. Luego, no sé cómo, la perdí, pero aún me acuerdo de casi todo lo que había escrito.
Esta obra tiene momentos que transforman lo grotesco en humor, como cuando Annie Wilkes ríe como cerdo o cuenta lo maravillosos que eran los capítulos de la serie que veía en el cine en su infancia.
En un libro, todo habría salido de acuerdo con el plan; pero la vida era tan jodidamente desordenada... ¿Qué se puede decir de una existencia en la que algunas de las conversaciones más cruciales ocurren cuando uno tiene que ir a cagar o algo así, una existencia en la que ni siquiera existen los capítulos?
¡Que bueno no tener fans nº1! Con mi frágil salud y mi respuesta a los calmantes si yo hubiera sido Paul Sheldon la cosa no llega a novela, un cuento corto si nos ponemos optimistas.
José Mota revive Misery.