Juan Raro
William Olaf Stapledon (10/mayo/1886-Inglaterra-06/septiembre/1950)
Odd John: A Story Between Jest and Earnest (1935)
Tenemos los chavales de este siglo XXI y aún los nacidos en el XX una ventaja que no siempre advertimos: los superhéroes. Antes estos tíos: o no existían o no eran famosos.
- Bah... ¿Quién piensa en esas cosas?
- ¡Los filósofos!
Nada es gratis y las consecuencias no tardan... y si no cuéntaselo a Stirner-Nietzsche que a falta de DC o Marvel nos dejaron el Übermensch o Superhombre que vendría siendo una especie de Frank Underwood pero aburrido a la enésima potencia.
La filosofía es un sorprendente tejido de pensamientos agudos y equivocaciones pueriles. Se parece a esos «huesos» de goma que se dan a roer a los perros, buenos para los dientes pero de ningún valor alimenticio.
Juan Raro
Juan Raro refleja ese superhombre. Con inteligencia y poderes psíquicos y un total control sobre sí mismo. Sus semejantes pueden captar o poseer una conciencia histórica y ser testigos o participes de la historia de la humanidad; incluso pueden vivir siglos. Pero también una vez reunidos en colonias llegar a una conciencia astronómica.
John Wainwright es Juan Raro nace pocos años después de 1900. Pronto descubre que tiene diferencias con los inferiores Homo sapiens y se aprovecha de ellas sin filtros o límites morales.
La novela que leemos es su biografía que no deja de ser una cosa entre seriedad y broma. Me encantó un episodio por la mitad del libro en el que Juan Raro se aísla en la montaña, se cree que ha muerto, pero hay quien dice que aun vive. Hubiera sido un gran final al mejor estilo de los relatos del siglo XIX y quedarnos con la incógnita (antes de tiempo) de lo que podría haber alcanzado tremendo tío como lo es el protagonista.
No lo sé, no visité Alemania el año pasado. ...una especie de hambre real brutal y ciega. ¿No la sentiste en Alemania el año pasado? Una profunda repugnancia, todavía inconsciente, a la máquina, la razón, la democracia y la cordura. Un confuso deseo de enloquecer, de convertirse de algún modo en un poseído. Poco costará a los enriquecidos cultores del odio utilizar esas tendencias, basadas en una confusa mezcla de búsqueda de sí mismo, odio, y esa hambre del alma, tan valiosa, pero tan fácilmente inclinada a la crueldad.
Una isla es el lugar donde forman una colonia. Todo marcha bien hasta que los británicos se hacen presentes y quieren adueñarse de la isla (esta película ya la vieron tantos países: tienes a un vecino desagradable viviendo en una casa de tu propiedad). Stapledon era comunista como sus superhumanos. Por ello los rusos visitan a sus camaradas y los invitan a vivir a Rusia donde el cielo es azul. A los de la isla no les convence la idea; para nada, ellos querían ser comunistas a su manera, no a la rusa.
Quizás leíste Carrie de Stephen King y te preguntabas ¿Adónde habría llegado esta chica con ibuprofeno y unos aliados con sus mismas capacidades? Con que te lo preguntabas, ¡lo sospechaba! Juan Raro escrito décadas antes puede darte alguna idea.