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Fahrenheit 451

Montag desde el vacío de las relaciones humanas...
descubre los libros y a una chica muy bonita.
Título: Fahrenheit 451
Autor: Ray Bradbury 
(Illinois 20/agosto/1920 - California 05/junio/2012) 
Editorial Hyspamérica, Orbis Madrid 1985
Fahrenheit 451, 1953 PH retro 1954

   Cuando se traduce una novela también suele traducirse su título. No es el caso de Fahrenheit 451. No he encontrado ninguna novela llamada "232 grados, 8 décimas" . Debemos reconocer que F451 suena bonito así como está, indica la temperatura a la que se quema el papel de un libro.

 -¿Lee alguna vez alguno de los libros que quema?
    Él se echó a reír.
 -¡Está prohibido por la ley!

   Hum... Esto de leer tanto se acabó. El gobierno en F451 prohibe leer y poseer libros. Hay una fuerza militar para tal fin: los bomberos, verdaderos cazadores de libros y lectores, que  si no te mueves rápido te queman junto a tus papeles. 

   Montag experimenta como hace agua por todos lados el ideal de sociedad en el que están atrapados, no encuentra satisfacción en su trabajo, relaciones y costumbres sociales. Por otro lado, le intrigan los libros y sus lectores.
  
...-A veces, me deslizo a hurtadillas y escucho en el metro. O en las cafeterias. Y, ¿Sabes qué?
-¿Qué?
-La gente no habla de nada.

   Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar para hacer que una mujer permanezca en una casa que arde. Ahí tiene que haber algo. Uno no se sacrifica por nada.

   El capitán Beatty le aconseja a Montag que se tranquilice que disfrute como lo hacen los demás con los concursos y con la catarata de información/datos. Le dice que incluso tendrá la sensación que piensa; ¿para qué preocupar a los demás? "No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos" 

   La persecución que sufre Montag, lo pone en el foco como la víctima en un reallity transmitido por TV. Pero, aunque él de muchas maneras se experimente en soledad encontrará, a lo largo de la novela, personajes que aún sin compartir plenamente su destino serán claves en su camino; como lo son Clarisse en un primer momento y luego Faber. Me reí mucho cuando Faber le dice: ¿Para qué desperdiciar sus horas finales, dando vueltas en su jaula y afirmando que no es una ardilla?


  -Escuche-dijo Granger... Cuando era niño, mi abuelo murió. Era escultor. También era un hombre muy bueno, tenía mucho amor que dar al mundo, y ayudó a eliminar la miseria en nuestra ciudad; y construía juguetes para nosotros, y se dedicó a mil actividades durante su vida; siempre tenía las manos ocupadas. Y cuando murió, de pronto me di cuenta de que no lloraba por él, sino por las cosas que hacía. Lloraba porque nunca más volvería hacerlas, nunca más volvería a labrar otro pedazo de madera y no nos ayudaría a criar pichones en el patio ni tocaría el violín como él sabía hacerlo, ni nos contaría chistes. Formaba parte de nosotros, y cuando murió todas las actividades se interrumpieron, y nadie era capaz de hacerlas como él. Era individualista. Era un hombre importante. Nunca me he sobrepuesto a su muerte. A menudo, pienso en las tallas maravillosas que nunca han cobrado forma a causa de su muerte. Cuántos chistes faltan al mundo, y cuántos pichones no sido tocados por sus manos. Configuró el mundo, hizo cosas en su beneficio. La noche en que falleció, el mundo sufrió una pérdida de diez millones de buenas acciones.

   Tiene una película filmada en 1966, la foto de arriba muestra a Montag y a Clarisse en el film.

2 comentarios:

  1. Adoro esta novela y a su autor, de hecho es un libro que no dejo de dar a leer a mis alumnos. Su poesía es sublime, me emociona y es increíble cómo se adelantó a estos tiempos su autor, con eso de los realytis, la estupidización de la gente y el desprecio de las masas por la literatura en favor de todo lo banal...Y por supuesto harto le he dedicado en mi blog al gran Bradbury.

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    1. Elwin este libro tiene su encanto; esta ha sido una relectura. Me sigue impactando el modo en que describe las relaciones y cómo Montag advierte que nadie comparte nada, ese triste vivir ignorándose mutuamente. Gracias por pasarte por el blog, saludos.Diego.

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