El resplandor.

El resplandor.

Autor: Stphen King (Portland, Maine 21/Septiembre/1947)
Editorial La Nación.
The Shining, 1977


-«El esplendor», ¿es una frase que signifique algo para alguno de ustedes?

   Un niño conoce el pensamiento y los temores de los demás, le preocupa que sus padres se divorcien. No es sólo un telepata, es alguien a quien nada le es oculto, sea del pasado, el presente o el futuro. El pequeño esplende.

   —No —respondió Hallorann—, pero algunos hay. Hay mucha gente que tiene un poquito de esplendor, aunque ni siquiera lo sepa. Son los que siempre se aparecen con flores cuando su mujer está triste, los que responden bien a las preguntas en la escuela sin haber estudiado, los que se dan cuenta de cómo se siente la gente con sólo entrar en una habitación. De esos, yo me he encontrado con unos cincuenta o sesenta. Pero no había más de una docena que supieran que esplendían, mi abuela entre ellos.

   El niño se llama Danny, su madre se llama Wendy. Su padre es Jack Torrance un escritor ex alcohólico, su carácter su mente son una bomba de tiempo; una bomba que detona seguido y le ha llevado a perder el empleo, quebrar a su hijo pequeño, etc.

   La familia se ve obligada a pasar el invierno aislados como cuidadores de un hotel enclavado en las montañas. Es el único trabajo que han podido conseguir para Jack. Él quiere recuperar su carrera de escritor.
   
Frente a la máxima "Nunca actúes con un niño"
Jack se mata de risa y se roba la película.
   "Sospecho que lo que sucedió fue consecuencia de un exceso de whisky barato... y de una extraña reacción a la que antes solían llamar fiebre de encierro. ¿Conoce usted la expresión? —preguntó Ullman con una sonrisita de suficiencia, dispuesto a explicarla tan pronto como su interlocutor hubiera admitido su ignorancia; pero Jack, ni corto ni perezoso, le respondió con rápida precisión:
—Es la forma popular de denominar una reacción claustrofóbica que puede darse cuando varias personas se encuentran encerradas durante un tiempo prolongado. La sensación de claustrofobia se exterioriza como aversión hacia la gente con quien uno se encuentra encerrado. En los casos extremos puede dar como resultado alucinaciones y violencia, que pueden llevar al asesinato por motivos tan triviales como una comida quemada o una discusión sobre a quién le toca lavar los platos.
Ullman le miró un tanto perplejo, de lo cual Jack se sintió muy feliz. Decidió llevar un poco más lejos su ventaja, mientras silenciosamente prometía a Wendy que conservaría la calma.
—Me imagino que se equivocó usted en eso. ¿Grady les hizo daño?
—Las mató, señor Torrance, y después se suicidó. Asesinó a las pequeñas con un hacha y a su mujer con una pistola, y con ésta se suicidó.

M. J. Fox, otro que esplende. The Frighteners, 1996.
   Mientras que en Misery el escritor es el protagonista, aquí Jack escribe poco, enloquece y nunca acaba de comprender que el protagonista es el hijo. El Overlook (nombre del hotel que cuidan) va por su hijo quiere retenerlo para siempre, y para ello usa todos los medios y apela al eslabón más debil de la cadena que en esta familia es el padre. En un pasaje Danny le dice a Wendy "Nos quiere a todos. Lo tiene atrapado a papá, lo está engañando, tratando de hacerle creer que es a él a quien más necesita. A quien más necesita es a mí, pero nos atrapará a todos."

  Danny esplende y hace que Dick (a km y km de distancia) advierta el peligro y acuda en su ayuda; otro tanto sucederá, por otros medios, en Cementerio de animales, donde la hija advierte a su madre sobre el peligro que acecha a su padre.  
   Hay numerosas referencias a La mascara de la muerte roja de Edgar A. Poe.
   Fue llevada al cine en 1980 por Stanley Kubric, por momentos se aleja del guión, algunas veces de un modo magistral como la escena de los hachazos y aquellas en el laberinto. No recuerdo si se representó en la película lo de los setos o la evolución de Tony a quien Wendy y Jack llaman el amigo imaginario de Danny. También se ha realizado una serie de TV.

Catástrofe en el espacio

Catástrofe en el espacio

Autor: Harry Harrison
(Connecticut 12/marzo/1925 - Imperio británico 15/agosto/2012)
Emecé distribuidora. Ciencia Ficción Volumen 23
Skyfall 1976


     Harrison escribe con toques de humor una novela que publica en la época del cine catástrofe. Rusia y EEUU juegan a dejar atrás la guerra fría y, sin dejarla, cooperan en un proyecto para generar energía con 50 naves que orbiten la tierra. Prometeo es el nombre de la nave nº 1.
   Pero, la nave espacial Prometeo, por errores y prisas no puede alcanzar su órbita y comienza a descender. Se trata de una nave nuclear que al caer producirá una catástrofe en la tierra.

  URSS y EU juegan a quien es mejor. Y mientras que los rusos proponen una copiloto, los de USA que no tienen ninguna mujer reemplazan un médico que está enfermito por una doctora negra; de paso se evitan un boicot como ese que se hizo en los Oscars de 2016 por que no nominaron actores negros ni pelirrojos, ni malabaristas.

   Harrison evita el sentimentalismo burdo y si alguien muere: la vida sigue. Tiene demasiados problemas como para ponerse a montar emotivos requiems.

   Una película que Holywwod no podría hacer. Ya hemos visto 1534 películas donde los chicos de EU salvan al planeta y son héroes altruistas donde el presidente es poco menos que un mártir. 
   Sin embargo, dudo que estos chicos puedan hacer una peli del libro ya que el presidente de USA muestra una hijoputez poca veces vista (en Cine y TV, por que...)

—Siéntese y cierre el pico, Dillwater. Ésa no es forma de hablar con el presidente de los Estados Unidos.
—¡Sí, señor! ¡Ésa es la forma de hablar con un presidente que ha cometido una acción tan repugnante como la suya!
—Dillwater, se está metiendo en aguas muy profundas —observó Bannerman, levantándose para enfrentarse con el director de la NASA
—. Aquí no se habla más de esto. 
—Se va a seguir hablando, general...

  A los de la Prometeo los apuntan con una bomba atómica desde la tierra ¡y se la disparan!, les piden que se autodestruyan y también un cañón láser orbital los mira con cariño... el desastre nuclear que lleva la nave es por momentos el menor de sus problemas.

   Dilwater en Tierra y los seis tripulantes en el espacio están a la altura de las circunstancias. No son los únicos; y por suerte, siempre hay quienes se rebelan ante la estupidez de impedir auxilios a quienes lo necesitan.
 Vaught dio la vuelta para marcharse, pero Kober le detuvo con una áspera parrafada:
—No puede hacer eso. Se lo prohíbo terminantemente. La disciplina de los civiles ya es bastante escasa en este proyecto, pero no permitiré que ponga en peligro a mi personal o a la nave con actos criminales, ¿entiende, Vaught?
—Entiéndalo, coronel: para usted me llamo señor Vaught. No lo olvide. En cuanto a sus prohibiciones es como si un perro quisiera tirarse un pedo más grande que el de un elefante. Comienzo a cargar el combustible. 

Juego de Tronos

Juego de tronos.

Canción de hielo y fuego. Volumen 1.
Autor G. R. R. Martin (New Jersey 20/Septiembre/1948)
A game of thrones, 1996


   Un rey. El trono de hierro que gobierna los siete reinos es ocupado por Robert Baratheon quien decide viajar a Invernalia para pedirle a Lord Stark que sea su Mano.
   Ser mano es hacer el trabajo del que se sienta en el trono. Todo esto en medio de intrigas, alianzas y traiciones.
   Si uno pudiera decirle algo a la Mano del Rey le diría que no acepte ya que las Manos duran  menos que un profesor de defensa contra las Artes Oscuras en Hogwarts.
    Pero no, la novela es anterior a la saga Potter por un año; entonces, al que le piden que sea mano acepta.

   Sí es el libro de la serie de HBO. La serie de TV no se llama Canción de Hielo y Fuego sino que toma su titulo para todas las temporadas de este el primer volumen de la serie. 

   Un capitulo = Un personaje. Algo interesante es que cada capitulo está escrito desde el punto de vista de un personaje, y conocemos lo que él vive y piensa, conocemos en que reino está y a través de él conocemos que hacen los que le rodean.
   Es así que los capítulos no se llaman cap. I, II, III... tampoco usan frases que anticipen qué sucederá y a diferencia de "El misterioso criminal en la mansión del mayordomo asesino" el suspenso se mantiene hasta el final.
    El nombre de cada capitulo es el de un personaje, y no son pocos. Se nos relatan distintos puntos de vistas que se distinguen claramente, aunque parezcan hablar con una sola voz.

   La gran Asimov. Así como el Buen doctor expresaba haberse basado en la historia del Imperio romano para su Ciclo de Trantor/ Serie de la Fundación. Martin, dicen, ha tomado las luchas históricas entre distintas casas por la corona inglesa.

   Se acerca el invierno. En el universo medieval fantástico creado por Martin las las estaciones duran años y décadas, En Juego de los tronos ya se anuncia la inminencia de un largo invierno. Hay señales preocupantes los montañeses están emigrando en masa, aparecieron lobos huargos y hay quien dice que los muertos vuelven a la vida y matan a quien se les cruce.   

La casa reinante es la Casa Lannister. Aquí las casas y sus lemas o frases matadoras
   La novela es apasionante y no decae en ningún momento. Solo he visto 2,5 temporadas de Juego de los tronos y creo que todo lo que está en este libro se plasmó en la serie de TV. No recuerdo si el pedido que Lord Mormont le hace a Tyrion en favor dela guardia de la noche es llevado al Rey.

   ¡Mata Martin, mata! Según me han dicho, algo sorprendente en Canción de Hielo y Fuego es que a medida que un personaje crece y parece que será el protagonista del próximo libro: Martin lo mata. El lector queda como loco y él se complica a sí mismo el camino que deba seguir la historia. Esto supone un universo de diferencias con, por ejemplo, la estática saga de Harry Potter.  

   Los guardias dicen que sólo hay bosques, montañas, lagos helados y nieve por todas partes.
-Y también hay grumkins y snarks -señaló Tyrion-. No nos olvidemos de ellos, Lord Nieve, ¿si no a qué vendría tanto jaleo?
-No me llames Lord Nieve.
-¿Preferirías que te llamaran el Gnomo? -preguntó el enano arqueando una ceja-. Si dejas que se den cuenta de que sus palabras te hacen daño, jamás te librarás de las burlas. Si te ponen un mote, recógelo y transfórmalo en tu nombre. -Hizo otro gesto con el bastón-. Ven, acompáñame...

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