A punta de espada.
Ellen Kushner (Washington, 06/Octubre/1955)
Swordspoint, 1987
Que tu novela comience con "Quizás sea martes o viernes, no sé si tengo más hambre que sueño y, afuera el ruido..." no hace que tu novela sea existencialista. Del mismo modo que si en un libro te sorprende una frase de S. King o GRR Martin en la portada... pero caí. Si el libro pertenece a la fantasía será a las fantasías sexuales o novela de romance o intriga, no más.
Existe un mundo mejor, pero es más caro. Y existe La ribera que es más barato. En la Ribera está la aventura, y la diversión, allí cualquiera es protagonista, mientras que en el Mundo mejor muchos son espectadores. ¿A que vas a la ribera? A contratar gente para tener sexo (prostitutas) o para que maten por ti (espadachines).
"Cuando alguien con dinero quiera contratarte no rechaces su propuesta" es premisa y moraleja de la novela. Si lo ignoras vivirás a punta de espada, o bien, si eres el protagonista de la novela, tus despechados contratistas vivirán con aquel temor.
El espadachín va de romance con un estudiante, que misterioso como él solo, no revela nada de su pasado. "¿Un caballero Richard? Que bobada, sólo soy un pobre estudiante que fue lo bastante estúpido como para pasar el tiempo entre sus libros en vez de dedicarlo a beber y aprender a trucar los dados".
A la mitad se me hizo pesado es como si comenzase de nuevo, esto en el ritmo narrativo me aburre y mucho, salvo que el reinicio sea una vuelta de tuerca; no un simple giro que lo alargará todo. Ha escrito, años más tarde, unos cuentos que siguen la trama. Me urge no leerlos. He creado anticuerpos, Bye Ellen!.
Está el cliché de cuentos fantásticos, ese de caballero rescata a amada, pero ya sabemos que la fantasía en los cuentos no estaba dada por esa situación. Te preguntas ¿cuando llegará la fantasía? Tranquilo chaval, siéntate o ponte de pie, ¡Godot no tarda en llegar!