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Las crisalidas

Título: Las crisálidas
Autor: John Wyndham (UK 10/julio/1903 - 11/marzo/1969)
John Wyndham Parkes Lucas Beynon Harris
The Chrysalids, 1955

   Luego del invierno nuclear la humanidad disminuida y dispersa vive en grupos aislados entre sí. La acción transcurre siguiendo la vida de una comunidad rural que rechaza toda mutación humana, animal o vegetal. Fundamentan su lucha contra toda anormalidad en un fundamentalismo basado en una versión modificada del relato bíblico de la creación del hombre en el Génesis.
   Un niño llamado David Strorm conoce a Sophie, sin comprender la gravedad de la situación pero dispuesto a tranquilizar a Sophie y su familia les promete no contar a nadie de la mutación que tiene su nueva amiga.
   La comunidad de la que forma parte David certifica cuando nace un niño si es o no considerado ser humano y aceptado o rechazado y quemado. Pero hay otras mutaciones que no saltan a la vista David es telépata, aunque él lo interpreta como una capacidad natural; por suerte es su tío Alex quien advierte esta capacidad y lo ayuda a mantener oculto todo lo referido a la telepatía. Su tío será un gran apoyo frente a su perturbadora capacidad.
   
   Quien vive y quien muere. Es lo que se decide en la comunidad, David cuando se hace amigo de Sophie descubre que no hay obstáculos para vivir junto a otros. Pero los mayores no opinan así, los que "son como nosotros" viven, los "que no son como nosotros" mueren. Confrontación que con muchas variaciones a lo largo de la historia cobró la vida de muchos, hoy tras la división de nosotros-ellos ISIS mata a los no infieles (ellos) pero están dispuestos a dejarlos vivir si se vuelven fieles (nosotros). En la novela no se alzan voces respecto a la matanza, en nuestro siglo XXI tampoco.
   El hombre puede dejar a su esposa si esta da a luz sólo hijos con mutaciones, es conmovedora la escena en la que la tía de David pide que "le presten" a la hermanita que superó los exámenes, para salvar la vida de la primita también recién nacida. Tener hijos será algo permitido a unas mujeres y prohibido a otras; como sucedía en Mundo Anillo donde Teela Jandrova Brown nace gracias a la lotería de la procreación.

   ¡Profesor enseñe su materia!. David parece un pacificador, alguien dispuesto a encontrar nuevos caminos donde nadie mate a nadie, un héroe. Pero este pobre muchacho parece luego reducir este principio a sí mismo y los telépatas
   El protagonista se parece a esos alumnos víctimas de aquellos profesores que en vez de enseñar su materia vomitan su odio a Dios; habrá alumnos que le dirán "¡Profesor enseñe su materia!" preparados para las consecuencias de ahogar el sufrimiento existencial de un no creyente, pero David no es de estos. El claudica y pierde todo lo que creía y por lo que había luchado para unirse a un grupo dispuesto a matar más gente que el invierno nuclear.   

   El profe le dice : "Sin desearlo por su parte, el pueblo de los Bordes fue condenado a una vida de infelicidad y miseria…, no tenían ningún futuro. Y en cuanto a aquellos que los condenaron…, bueno, así es como acontecen las cosas. Ya sabéis que anteriormente ha habido otros señores de la vida. ¿No os han contado lo de los grandes reptiles? Cuando les llegó la hora de la sustitución, desaparecieron. 
   "Llegará el momento en que nosotros tendremos que dejar paso igualmente a algo nuevo. Con toda certeza lucharemos contra lo inevitable, del mismo modo que lo han hecho estos restos del Viejo Pueblo. Intentaremos con todas nuestras fuerzas defendernos y devolverlo al lugar de donde provenga, ya que la traición a la propia especie es siempre un crimen. Lo pondremos a prueba, y cuando demuestre la necesidad de nuestra desaparición, desapareceremos. Ese es el proceso que justifica el ocaso de esta especie. 
   "Por fidelidad a su clase, no pueden tolerar nuestro ascenso; por fidelidad a nuestro linaje, no podemos tolerar su obstrucción.

  Dos aspectos me dejaron un sinsabor. El primero el que no exista una memoria del pasado. y lo segundo es que la novela perfila hacia una historia para luego reducirse a la triste historia de homo homini lupus.

¿Volver a leer a John Wyndham? ¡Por supuesto!.

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